A la hora de escoger la acción es momento de ponerse los zapatos y andar. Pero es el primer paso el que cuesta un mundo darlo. Después usted decide a dónde ir. Claro siempre ayuda saber a dónde ir. Mientras tanto lo primero es decidir qué tipo de persona quiere ser uno. El que actúa, el que mira o el que simplemente solo quiere cruzarse de brazos.
Dice un dicho: “el que se mantiene ocupado lo tienta el diablo, el que está ocioso una legión” creo que fue Thomas Fuller el gran calculista mental el que dijo ese ladrillo de verdad.
Si usted es el que decide actuar y que las cosas sucedan, siempre estará dispuesto a probar algo nuevo, hacer que las cosas sucedan, intentar otras soluciones. Usted querrá estar con su familia, organizar cosas con sus vecinos, se mantiene actualizado e informado para crear algo nuevo.
Si usted solo ve o es espectador, usted solo se motivará a participar en la medida que otros lo hagan. Se interesará solo si otros ya tomaron el riesgo.
El tercero, el club de los indiferentes, son los que están ocupados en nada. No dejan hacer nada ni prueban nada. Ruedan por el mundo pero solo lo hacen para abajo.
Es difícil dar el primer paso. Sí, lo es. Nadie dijo que sería fácil. Dar el primer paso debe darse con la plena confianza de las facultades propias, el deseo de sacar su potencial, a tomar acción, el toro por los cuernos pues.
¿Cómo se hace? Todo es un proceso y a veces es muy lento. Es posible que mi solución no lo convenza pero todo nace desde la convicción propia, de sus sueños, de sus aspiraciones, de sus gustos y talentos. De creer en ellos y de creer en usted.
Si usted desea crear y tomar acción la única manera es creer en usted. Hasta un fracaso es el mejor camino, eso le abrirá la puerta a más oportunidades, a ver otras opciones que sentado en un sofá y derrotado, nunca verá. Ocúpese de vivir.